El aborto, un tema tan controversial que además nunca pierde relevancia, y no digo que no sea delicado. Es de sumo interés y tiene tantos puntos de vista como uno le vea, pues parece ser un innato asunto de debate.

Es una trama tan complicada que a medida que se toma compostura frente a una opinión te das cuenta que quizá el argumento puede tomar cierta flexibilidad en tu propio punto de vista.

Como persona, puede que mi posición en cuanto al tema sea estar en contra pero, como mujer que puede encontrarse en la situación de querer realizarse un aborto por motivo equis, mi perspectiva da un giro totalmente.

Si bien en Chile está prohibido y se criminaliza cualquier intento o acto que interrumpa el embarazo, pero existe un proyecto de ley ( que plantea tres causales en las cuales se despenaliza el término voluntario que impide la concepción. Las causales que se admiten son cuando la vida de la mujer corre peligro, cuando hay una inviabilidad fetal de carácter letal y cuando el embarazo ocurrió por una violación.

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Puesto que estoy en total libertad de expresión, me atrevo a decir que sí, estoy a favor del aborto. Sé que con lo anterior, la impresión que se tiene hacia mí quizá no sea de las mejores pero es lo que es. Ojo, que con mi posición no estoy de acuerdo ni mucho menos apoyo la práctica de esto por ser irresponsable, ni por ser sádica ni nada de ese estilo. Más bien la razón es estar de acuerdo a las causales que se presentaron como proyecto.

Es realidad que a todos nos guste opinar y está bien, estamos en todo nuestro derecho, el problema radica en el hecho de querer tomar atribuciones y decidir finalmente. En situaciones en que todos emitan opiniones respecto a temas  íntimos sobre cometer aborto o no, los futuros padres debieran tomar una decisión conscientemente, claro, y más que nadie la mujer quién es la portadora de, o lo que será la criatura. Cuando se da el caso en que se diga a la familia que se salva uno solamente, la madre o el bebé, todo se convierte en un enorme caos, es uno o es uno, no hay más opción. Sea cual sea la decisión de los padres, más bien la madre debe respetarse porque si la vida es suya y decide dejarla, o darla ¿por qué debe pedir permiso  o dar explicaciones a los demás de lo que hizo con ella?

Cuando el bebé viene con una alteración estructural congénita o genética de carácter letal, no hay mucho que decir. Bien lo tiene explicado la causal 2, de una manera breve y concisa. “Forzar a la mujer a llevar a término tal embarazo, o bien obligarla a que espere la muerte del feto, supone mantenerla en un permanente estado de duelo”. Eso es, lectores, sentido común.

El abuso sexual es algo por quién nadie quisiera pasar alguna vez y mucho menos imaginarse que podría llegarle a suceder. Nadie lo desea pero de que ocurre, ocurre. El trauma que deja el episodio es tan profundo, y vivir con ello puede resultar muy difícil. Niñas que ya pueden, o mejor dicho su cuerpo ya está apto para concebir y mujeres que quedan embarazadas producto de la violación muchas veces prefieren no tener a la criatura porque todo dolor sufrido en el acto, más un bebé que no planearon, complicaría más las cosas y haría el sufrimiento mas grande.

Como mencioné anteriormente, niñas se encuentran en esta realidad y se les ha sido arrebatada su inocencia, tener un bebé es algo tan complicado que en nueve meses no se está preparada, quizá nunca. Más aún cuando sé es pequeña y por culpa de personas enfermas se deben transformar en mujeres, madres.

Por supuesto también hay mujeres que deciden tener al bebé a pesar de todo y seguir adelante con ello pues el bebé no es culpable de nada, pero como bien sostengo es decisión exclusivamente de ellas ya que las perspectivas son distintas en cada persona.

En fin, como hay gente que no desea tener hijos ya sea porque no es el momento o sea cual sea la razón, también hay gente que sí desea tenerlos. Mi punto es que debemos ser responsables, educarnos, ser precavidos. Si serás madre, pues selo, y si no quieres serlo pues cuídate y preocúpate de ser consciente de tus actos que para todo antecedente existe un consecuente.

Ser madre es algo hermoso pero no obliguemos a quien no quiere serlo. Si usted está en contra del aborto no critique al que sí lo ha hecho por razones legalmente aceptadas, empatía señores. Que poniéndose en los zapatos del otro, es posible, quizás, que se pueda flexibilizar nuestra posición en el tema. No es difícil.